La polémica que precedió la reprogramación de los Juegos Olímpicos
Luego de la presión de los deportistas, federaciones y comités olímpicos nacionales, el gobierno japonés y el Comité Olímpico Internacional acordaron que la justa olímpica y paralímpica se realizara en 2021
Por Manuel Alejandro Ramírez | @manuramirez95
Mientras la pandemia del Covid-19 causaba que el deporte de alto rendimiento se paralizara en todo el mundo, al punto de que la Eurocopa y la Copa América —dos de las competiciones deportivas más importantes del año— se aplazaran para 2021, el Comité Olímpico Internacional (COI) se aferraba a la idea de mantener los Juegos Olímpicos de Tokio 2020.
Por Manuel Alejandro Ramírez | @manuramirez95
Mientras la pandemia del Covid-19 causaba que el deporte de alto rendimiento se paralizara en todo el mundo, al punto de que la Eurocopa y la Copa América —dos de las competiciones deportivas más importantes del año— se aplazaran para 2021, el Comité Olímpico Internacional (COI) se aferraba a la idea de mantener los Juegos Olímpicos de Tokio 2020.
Hasta hace pocos días, el organismo consideraba que postergar los JJ OO sería una decisión prematura, puesto que supondría un “enorme rompecabezas” para los organizadores. Además, mantenía la esperanza de que el coronavirus de Wuhan estuviese controlado para el 24 de julio, fecha estipulada para la ceremonia inaugural del evento multidisciplinario.
“Para nosotros, un aplazamiento no sería responsable hoy (20 de marzo) y sería prematuro entrar en especulaciones y tomar una decisión cuando no tenemos ninguna recomendación de nuestro grupo de trabajo”, declaró Thomas Bach, presidente del COI, en una entrevista que sostuvo con The New York Times.
El organismo con sede en Lausana, Suiza, había instado a todos los atletas a “seguir preparándose para Tokio lo mejor que puedan”, siempre y cuando siguieran las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS), luego de una reunión virtual que sostuvo Bach con presidentes de los comités olímpicos nacionales el pasado 17 marzo.
“Por supuesto que se discutió la cancelación. Todas las opciones estaban sobre la mesa. La salud y bienestar de todos los implicados en las preparaciones de Tokio 2020 son nuestra principal preocupación. Se están tomando todas las medidas posibles para proteger a atletas, entrenadores y equipos de apoyo”, destacó el directivo alemán en un comunicado.
Yuriko Koike, gobernadora de Tokio, había declarado previamente a los medios que la suspensión de los JJ OO era impensable: “No podemos afirmar que el hecho de haber calificado de pandemia el coronavirus tenga un impacto. Pero creo que una cancelación es impensable”.
Numerosos atletas se quejaron ante la postura renuente del COI y de los organizadores japoneses. Uno de ellos fue la garrochista venezolana Robeilys Peinado, quien a través de sus redes sociales argumentó su imposibilidad de entrenar la disciplina que practica: “Que alguien me diga cómo se puede entrenar el salto con garrocha en casa”, cuestionó.
Los comités olímpicos nacionales de Estados Unidos, Canadá, Brasil, Alemania, Austria, Eslovenia, Noruega y Reino Unido se rehusaron a enviar sus atletas para Japón. Recomendaron que la cita olímpica se tenía que efectuar en 2021, en vista de que las medidas decretadas por los gobiernos de sus países les impiden que sus atletas entrenen de forma adecuada.
La Federación Internacional de Atletismo (World Athletics) también solicitó la postergación de la justa.
“Aunque todos sabemos que diferentes partes del mundo están en diferentes etapas del virus, la opinión unánime en todas nuestras áreas es que celebrar unos JJ OO en julio de este año no es factible ni deseable”, manifestó en una carta Sebastian Coe, presidente de la World Athletics.
En este sentido, el COI anunció el domingo 22 de marzo un plazo de cuatro semanas para determinar cuál sería el mejor plan y así afrontar esta situación. Por primera vez se abrió a la posibilidad de aplazar Tokio 2020, pero descartó su anulación.
“Hemos iniciado conversaciones con todos los socios para establecer un balance del desarrollo rápido de la situación sanitaria y su impacto en los Juegos Olímpicos, incluyendo un escenario de aplazamiento”, comunicó Bach, luego de una reunión vía teleconferencia de la comisión ejecutiva de su instancia.
El ejecutivo dejó claro que la cita se llevará a cabo en Tokio, a falta de saber en qué fechas: “La cancelación de los Juegos Olímpicos no resolvería ninguno de los problemas ni ayudaría a nadie. Su anulación destruiría el sueño olímpico de 11.000 deportistas de 210 comités olímpicos nacionales, del equipo de refugiados y de los deportistas paralímpicos”.
Reducción en controles antidopaje
Otro de los aspectos que mayor suspicacia generó sobre la continuidad del certamen deportivo más importante del año fue la reducción del programa en los controles de antidopaje, debido a los confinamientos impuestos por la pandemia.
La Agencia Mundial Antidopaje (AMA) avisó a los atletas que se podrá continuar con los pruebas antidoping cuando sea apropiado y se haya superado la situación de emergencia por el Covid-19, ya que su prioridad es la seguridad y salud del colectivo.
“La AMA reconoce lo difícil que ha sido y seguirá siendo esta situación para los deportistas al tener que hacer frente a las estrictas medidas que se han puesto en práctica en todo el mundo, que están perturbando sus programas de entrenamiento y creando incertidumbre sobre lo que les espera en sus próximas competiciones”, expresó Witold Banka, presidente del organismo, en una misiva.
Los controles sanguíneos y de orina, destinados a detectar la toma de esteroides, eritropoyetina o estimulantes “continúan de manera muy reducida y adaptada a las circunstancias”, afirmó la Agencia Antidopaje Alemana en una entrevista con la Agence France-Presse (AFP).
Michael Cepic, director de la Agencia Antidopaje Austríaca, indicó a la referida agencia que es “casi imposible” hacer controles de dopaje en el mundo, salvo si tenemos una sospecha “muy fuerte”.
“En caso de control, esencialmente fuera de la competición, la persona que toma la muestra y el deportista deben llevar protecciones. Pero a menudo los controladores son personal de la salud. No vamos a movilizarlos y pedirles que utilicen sus mascarillas cuando hay carencia de ellas”, agregó.
Decisión justa e inminente
La presión de los deportistas, federaciones y comités olímpicos nacionales causó que el gobierno japonés y el COI pactaran este 24 de marzo la reprogramación de los Juegos Olímpicos y Paralímpicos de 2020 para 2021. Una charla telefónica entre Shinzo Abe, primer ministro japonés, y Thomas Bach precipitó la decisión.
“El presidente del COI y el primer ministro de Japón concluyeron que los JJ OO de Tokio deben ser reprogramados después de 2020 y tener lugar como más tarde en el verano (boreal) de 2021, con el objetivo de salvaguardar la salud de los deportistas y de todos los implicados en los Juegos Olímpicos, así como de la comunidad internacional”, comunicó el COI.
Las dos partes acordaron que la llama olímpica permanecerá en territorio nipón. Asimismo, el evento multidisciplinario mantendrá el nombre de Juegos Olímpicos y Paralímpicos de Tokio 2020, y se efectuará antes o durante el verano boreal de 2021.
“El mundo está pasando por una situación muy difícil y si hay que esperar un año más, esperamos. Hoy la prioridad es el prójimo, el que está enfermo, el que está solo. Ha reinado la sensatez. Nos vemos en 2021”, publicó en Twitter el esgrimista venezolano Rubén Limardo, oro en los Juegos de londres 2012.
Aplazados por cuarta vez
Se trata de una decisión inédita, y es que es la primera vez que, en sus 124 años de historia, los Juegos Olímpicos de la era moderna cambian su fecha de programación a causa de una enfermedad.
Ni los boicots (Moscú 1980 y Los Ángeles 1984), ni el virus SRAS (en 2003, a un año de Atenas 2004), ni el virus Zika (previo a Río 2016) originaron la suspensión de los JJ OO. Solamente las guerras mundiales impidieron la celebración de los mismos.
La primera suspensión fue en Berlín 1916, a raíz la Primera Guerra Mundial, y se retomó en Amberes 1920. Las ediciones de Tokio 1940 y Londres 1944 se aplazaron a raíz de la Segunda Guerra Mundial, así como los Juegos de Invierno de Sapporo 1940 y Cortina 1944.
Pérdidas económicas
La reprogramación de de los JJ OO supone mayores gastos para el comité organizador, que está obligado a renegociar el alquiler de los sitios de alojamiento. Por ejemplo, ahora se tienen que reprogramar todos los conciertos o eventos deportivos que se iban a celebrar en el Estadio Olímpico de Tokio, con capacidad de 68.000 personas, señaló la AFP.
Además, muchas de las habitaciones de los hoteles en Tokio estaban reservadas desde hace varios meses, así que todo el que haya pagado por hospedaje y vuelos corre el riesgo de perder ese dinero. “La cuestión de millones de noches ya reservadas en los hoteles es muy difícil de administrar”, indicó el COI.
El comité organizador también debe desembolsar por el mantenimiento de las instalaciones deportivas y lidiar con las empresas constructoras que ya colocaron en venta los departamentos que estaban destinados para la Villa Olímpica, compuesta por 21 torres de 14 a 18 pisos, reseñó The Associated Press (AP).
“Claro que habrá costos. No tenemos las cifras en estos momentos. ¿Quién los pagará? No hace falta decirlo. No va a ser un tema fácil. Por eso no sabemos cuánto tomará”, fueron las palabras de Toshiro Muto, director ejecutivo del comité organizador, citadas por AP.
La agencia de noticias reportó que, aproximadamente, 73% de los ingresos de los 5.700.000.000 millones de dólares del último ciclo olímpico (2013-2016) provinieron de la venta de los derechos de transmisión. La cadena estadounidense NBC representa al menos la mitad de esos pagos, mientras que los patrocinios aportan 18%.
El COI, que que aportó 1.300.000.000 de dólares para la organización del evento, tiene numerosos reaseguros financieros. El último informe anual expone una reserva de casi 2.000.000.000 de dólares, que podría cubrir hasta los gastos de los Juegos Olímpicos de Invierno de Beijing 2022, según AP.
En este contexto, el organismo internacional redistribuye a las organizaciones deportivas y a los atletas 90% de sus ingresos. De acuerdo con el diario económico japonés Nikkei, que se basó en cifras de los organizadores locales, la postergación agregó otros 2.700.000.000 de dólares a los gastos.
El Covid-19 paralizó la última competición de envergadura que se mantenía en pie. Ahora los organizadores de Tokio 2020 también tienen la tarea de negociar con las federaciones de atletismo, gimnasia y natación, debido a que en 2021 se llevarán a cabo los Mundiales de sus respectivas disciplinas. Sin embargo, dispone del tiempo necesario para reprogramar los torneos de clasificación.