El Barca suma pero no enamora
MANUEL ALEJANDRO
RAMÍREZ | @manuramirez95
El corazón de la
fanaticada blaugrana estalló de tristeza en el último verano desde que Neymar
Jr. se desvinculó del FC Barcelona y se marchó al París Saint-Germain,
operación que significó el traspaso más caro en la historia del fútbol (222
millones de euros). Días después, el guayabo sentimental se magnificó,
cuando el Real Madrid aniquiló al cuadro azulgrana en la Supercopa de España.
La impotencia era
evidente. La directiva del club, para ese entonces, estaba de brazos cruzados.
Pero en el fútbol, así como en la vida misma, el mal de amores se cura con el
tiempo y buenos resultados. Y es que el Barca se mantiene invicto en el
campeonato doméstico, con 11 victorias y tres empates, saldo que lo ubica en lo
más alto de la tabla de posiciones con 36 unidades, ocho más que su acérrimo
rival, que es cuarto.
Lionel Messi,
recientemente ganador de la Bota de Oro, comanda la tabla de goleadores del
torneo con 13 gritos sagrados (deberían ser 14 por el tanto mal anulado frente
al Valencia el pasado domingo). Marc-André ter Stegen, empatado con Jan Oblak,
es el guardameta menos batido, con solo siete tantos recibidos. Además, la
plantilla se clasificó a los octavos de final de la Liga de Campeones como
líder de grupo.
Aun así, el combinado
no termina de convencer. Da la sensación de que cualquier conjunto, por muy
irrelevante que sea, puede hacer mucho daño. Nada que ver con la época dorada
de Pep Guardiola, en la que prevalecía el fútbol de toque y posesión; o en la
de Luis Enrique, que, si bien no se practicaba un juego seductor, el tridente
ofensivo que componían Messi, Luis Suárez y Neymar marcaba la diferencia; pero
este último ya no está.
Lo cierto es que los
resultados son engañosos. De no ser por el talento y las individualidades de
algunas de sus figuras, el Barcelona, probablemente, estaría en aprietos. ¿La
culpa es del director técnico? No, más bien Ernesto Valverde tiene méritos por
cosechar buenos resultados mientras dirige a una nómina "corta", con
jugadores que no deberían formar parte de uno de las instituciones más
importantes del viejo continente (es contigo, André Gomes).
Entonces, ¿quién es el
responsable del asunto? El Barcelona se ha caracterizado por ser un equipo más
de cantera que de cartera. La mayoría de sus baluartes se han forjado en las
inferiores del club para brillar en el balompié mundial. "Si no
encontramos lo que buscamos en casa, lo iremos a buscar afuera. Si no
encontramos lo que buscamos afuera, trataremos de buscarlo dentro", fueron
unas de las declaraciones más recordadas de Guardiola cuando dirigía a la
escuadra.
El modelo se diluye a lo que en un principio se predicaba. Desde un tiempo para acá, la institución ha dejado de producir futbolistas que enamoren con su juego. Es por esto que la Masía necesita una reestructuración, para recuperar lo perdido y volver a conquistar a una afición que pide nuevas alegrías.