La muerte acecha al deporte en las carreteras venezolanas


El asesinato del futbolista infantil Brayhan Navarro es la historia más reciente de una dilatada lista de deportistas que han sido víctimas del hampa en Venezuela


Por: Manuel Alejandro Ramírez | @manuramirez95


Viajar en carretera se ha convertido en un desafío para la vida de cualquier venezolano. Estas vías son sinónimo de peligro, y el deporte no se escapa de tal amenaza. Mientras regresaba de un torneo vacacional con sus padres, Brayhan Navarro, categoría 2010 de la escuela Mineros de Guayana, fue asesinado de un balazo en el pecho mientras iba en el vehículo de su familia. Este crimen exterminó su anhelo más grande: ser futbolista profesional.
La familia transitaba la carretera El Tigre-Puerto Ordaz luego de que el equipo se proclamara subcampeón del torneo que se celebró en Puerto La Cruz, estado Anzoátegui. Unos delincuentes interceptaron el automóvil en la vía de Los Pinos para robarlo. Sin mediar palabras, accionaron una ráfaga de proyectiles y uno de ellos alcanzó a Brayhan, quien un día previo al asesinato, el domingo 11 de agosto, había celebrado su cumpleaños.
“En la vía de Los Pinos nos iban a atracar. Le soltaron un poco de tiros al carro, le dieron a Brayhan y lo mataron. Mataron a mi hijo. Es para que le informen a todos sus compañeros”, relata conmocionado, con la voz quebrantada por el llanto, Richard Navarro, padre del pequeño, en una nota de voz enviada a los representantes de los compañeros del novel jugador.
De acuerdo con el informe del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (Cicpc), cuatro asaltantes iban a bordo de un vehículo que interceptó la camioneta de la familia Navarro. El hecho se produjo aproximadamente a las 6:00 pm. El infante fue herido en la región axilar izquierda e ingresó sin signos vitales a una clínica de El Tigre. 
Funcionarios de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB) liquidaron a uno de los homicidas el martes 13 de agosto. Otro de los implicados, identificado como Yoniel Antonio Orta Guerra, de 20 años de edad y quien ya se encontraba solicitado por homicidio, murió el miércoles 14 de agosto en un enfrentamiento contra el Cicpc en el sector Paseo Orinoco del municipio Heres, en el estado Bolívar.
Javier Ignacio Mayorca, periodista especializado en criminalística y miembro del Observatorio Venezolano del Crimen Organizado, considera que hay un cuadro de inoperancia dentro del Estado oficialista, debido a que no se actúa de manera responsable e institucional.
“¿Por qué la solución del Estado es salir a matar? Lo correcto es que se identifique, mediante una investigación seria y sistemática, a los presuntos responsables de este crimen; que haya una detención y su respectivo procesamiento ante la justicia, para que paguen el daño que le han hecho a la sociedad y a esa familia que, en estos momentos, está de luto”, declaró el periodista para El Diario de Caracas
Explicó que la mayoría de las fechorías que se cometen en Venezuela son de oportunidades, porque los infractores evalúan las posibilidades de éxito y de bajo riesgo: “Aunque parezca una obviedad, los delincuentes actúan de esa forma porque se presentan los factores o condiciones de oportunidad a su favor. Y esto no solo lo hacen en las carreteras, sino también en otra situación en la que ellos consideren que pueden atacar”.
Comentó que la expectativa de vida de un delincuente no supera los 25 años. “Al margen de eso, hay una noción general que indica que la mayoría de los crímenes en el país van a quedar impunes. En resumen: en 8 de cada 100 delitos o en 1 de cada 10 se identifica, se individualiza, se captura y se enjuicia al perpetrador”, agregó.
De esta forma, Navarro se une a una extensa lista de deportistas que han sido víctimas del hampa en las carreteras venezolanas. El 14 de marzo de 2019, el basquetbolista Douglas Chiquito, de 33 años de edad, fue asesinado de varios disparos delante de su esposa e hija mientras se desplazaba en su vehículo por el sector El Mecocal, en la carretera Falcón-Zulia.
El jugador se bajó del auto con su hija en brazos, tras percatarse de que estaba siendo perseguido, y los antisociales le dispararon, de acuerdo con la versión policial que reseñaron varios medios. El Cicpc mantiene la hipótesis de que se trató de un sicariato, puesto que los delincuentes arremetieron directamente para matar a Chiquito y no robaron ninguna pertenencia.
Funcionarios de la policía científica adscritos al Grupo Élite de Homicidios de Cabimas ultimaron a Israel David Dávila y Winder Alexander Silva, señalados por estar involucrados en el homicidio del basquetbolista.
“El chamo de Lago Azul”, como era conocido, jugaba en la posición de base. Formó parte de varios equipos de la Liga Profesional de Baloncesto, como Gaiteros del Zulia, Guaros de Lara, Marinos de Anzoátegui y Guaiqueríes de Margarita. 
Asimismo, el deporte venezolano estuvo de luto el jueves 18 de julio. El futbolista Gerardo “Gato” Mendoza fue asesinado de un disparo en la cabeza en Valera, estado Trujillo, por unos “robacarros” en el barrio Los Sin Techos.
Según la División de Homicidios de Trujillo, los delincuentes orquestaron un complot con el fin de robar la camioneta del mediocampista. Dos adolescentes citaron bajo engaño a Mendoza a un domicilio del sector, con la excusa de mantener un encuentro sexual, mientras su vehículo era hurtado. El futbolista se resistió al robo y fue asesinado.
Asimismo, el deporte venezolano estuvo de luto el jueves 18 de julio. El futbolista Gerardo “Gato” Mendoza fue asesinado de un disparo en la cabeza en Valera, estado Trujillo, por unos “robacarros” en el barrio Los Sin Techos.
El Cicpc capturó a Bernardo Antonio Peña Rojo, autor material del atentado; Oriana del Carmen Franco Molina, apodada “La Gata”; Yuleisy Anacary Villegas García, alias “La Ana”; y Luisely Mariana Suárez, quien facilitó la vivienda donde se llevó a cabo la escena del crimen.
Mendoza, de 30 años de edad, pertenecía a Yaracuyanos Fútbol Club, de la segunda división. También formó parte de Trujillanos Fútbol Club, con el que conquistó la Copa Venezuela 2010 y el Torneo Apertura 2014, y Portuguesa Fútbol Club.
Carlos Meléndez, coordinador del Observatorio Venezolano de Violencia (OVV) en Lara y director del Laboratorio de Desarrollo Humano (Ladeshu), sostiene que en los últimos cinco años se originó un factor conocido como violencia no funcional, en el que el criminal comete el robo y luego dispara para evitar que la víctima se resista.
“Esto también responde a una lucha de poderes y ocupación de espacios, territorios o negocios entre bandas. En las sociedades más violentas, sobre todo en las que hay mayor impunidad, el delincuente tiene mayor libertad para cometer delitos constantes. Estos factores explican por qué nosotros vemos este tipo de situaciones, como la del asesinato de la actriz Mónica Spear en el año 2014”, afirmó el sociólogo para El Diario de Caracas.
Calificó de “ineficientes” las medidas de seguridad del oficialismo, en vista de que el delito se produce de manera acelerada por el aumento de la impunidad. “Ahora el gobierno trata de remediar eso asesinando a los presuntos delincuentes. Su característica principal en materia de seguridad es la política de la muerte y no de la protección”, añadió. 
Si hay una fecha que estremeció por completo al deporte nacional fue el 7 de diciembre de 2018. Mientras se celebraba la temporada de la Liga Venezolana de Beisbol Profesional (LVBP), José Castillo y Luis Valbuena, peloteros de Cardenales de Lara, perdieron la vida en un accidente de tránsito cuando regresaban de disputar un juego contra Leones del Caracas en la capital del país.
Alejados del convoy que escoltaba al autobús en el que viajaba el combinado crepuscular, los peloteros se encontraban dentro de la camioneta de su compañero Carlos Rivero, quien sobrevivió al accidente junto con su chofer.
Si hay una fecha que estremeció por completo al deporte nacional fue el 7 de diciembre de 2018. Mientras se celebraba la temporada de la Liga Venezolana de Beisbol Profesional (LVBP), José Castillo y Luis Valbuena, peloteros de Cardenales de Lara, perdieron la vida en un accidente de tránsito cuando regresaban de disputar un juego contra Leones del Caracas en la capital del país.
El vehículo se desplazaba a las 2:00 am en la autopista Centro Occidental Cimarrón-Andresote, entre los estados Lara y Yaracuy, y colisionó en el sector La Morita contra un objeto atravesado en la vía. Cuando el relevista Elvis Escobar trató de ayudarlos, se dio cuenta de que sus compañeros se encontraban tendidos en el pavimento sin signos vitales.
La Gobernación de Yaracuy informó en ese entonces sobre la captura de Rodolfo Sánchez, Alexander Salcedo, Gleimer Maldonado y Yonder Machado, quienes presuntamente provocaron el accidente. A uno de los detenidos se le incautó el teléfono celular de Valbuena y otras pertenencias.
Castillo hizo vida en la LVBP durante 19 campañas, en las que vistió la camiseta de seis novenas y se convirtió en el octavo jugador en completar el millar de inatrapables. Además, hizo vida en las Grandes Ligas durante seis años, con Piratas de Pittsburgh, Astros de Houston y Gigantes de San Francisco.
Por su parte, Valbuena siempre jugó para Cardenales y estuvo 11 años en Las Mayores, entre Indios de Cleveland, Cachorros de Chicago, Astros de Houston y Angelinos de Anaheim. Una semana previa al accidente, había agradecido a Dios por cumplir 33 años de edad.
Una investigación de Ladeshu, efectuada entre entre agosto de 2018 y febrero de 2019, indica que el modus operandi más común de los “piratas de carretera” es la colocación de “miguelitos” —púas metálicas— para provocar que los cauchos se espichen y el conductor tenga la obligación de frenar.
Por su parte, Valbuena siempre jugó para Cardenales y estuvo 11 años en Las Mayores, entre Indios de Cleveland, Cachorros de Chicago, Astros de Houston y Angelinos de Anaheim. Una semana previa al accidente, había agradecido a Dios por cumplir 33 años de edad.
El informe detalla que el uso de “lavadoras” bolsas negras llenas de piedras que son colocadas en la vía para obligar a los conductores a perder el control es uno de los más practicados por los antisociales en la ruta Barquisimeto-San Felipe, donde fallecieron los peloteros de Cardenales
La madrugada, la hora propicia para delinquir
El 19 de mayo de 2019, el autobús en el que viajaba el Portuguesa Fútbol Club fue asaltado en el kilómetro 70 de la misma arteria vial donde fue asesinado Navarro, cuando el conjunto rojinegro retornaba de un compromiso frente a Mineros de Guayana.
Diez minutos después de pasar la alcabala del Puente de Angostura, la unidad fue interceptada a medianoche por una horda que robó todas las pertenencias de los pasajeros en el lapso de media hora. De hecho, el central Luis Jiménez recibió un golpe con un arma.
Pero la justicia llegó en cuestión de días. Tres integrantes de la banda que cometió el robo fueron ultimados el martes 21 de mayo en un enfrentamiento contra una comisión del Cicpc en el sector Aceital del Yabo, en el Tigre. Los funcionarios recuperaron un bolso que contenía algunas pertenencias de los afectados y confiscaron dos pistolas y una escopeta. 
Asimismo, un colectivo de malhechores intentó asaltar el 22 de octubre de 2018 el autobús que trasladaba al equipo UCV Fútbol Club cuando viajaba desde Ciudad Bolívar hacia Caracas, luego de perder (5-0) ante Lala Fútbol Club en el torneo de ascenso.
Los malhechores colocaron una barricada con ramas y troncos y la encendieron con fuego a un kilómetro del peaje Los Mesones, en Anzoátegui. La unidad retrocedió más de 500 metros para evitar el acto delictivo. En este caso, estaba escoltada por funcionarios de la PNB, quienes dispersaron a los sujetos con disparos.
Cabizbajos, con el dolor de caer (2-0) ante Deportivo Petare en condición de visitante, los jugadores de Angostura Fútbol Club, de segunda división, se retiraron con las manos vacías del complejo Fray Luis, conocido como La Guacamaya, el 14 de octubre de 2018. Eso apenas fue un adelanto de lo que pasaría: fueron asaltados a medianoche cuando retornaban hacia Ciudad Bolívar.
El autobús en el que viajaba el combinado guayanés, que se hallaba sin escoltas, fue interceptado por un grupo de sujetos en el peaje Los Potocos, en Anzoátegui. Los “piratas de carretera” colocaron una barricada para impedir el paso por la vía e irrumpieron en la unidad. Robaron teléfonos, zapatos, utilería e inclusive los pasaportes de los futbolistas colombianos Teobaldo Torres, Deiver Parra y Norman Cabrera.
Agentes de la Policía Nacional Bolivariana (PNB) detuvieron a dos de los presuntos responsables del robo y recuperaron parte de las pertenencias de los afectados. Posteriormente, en una reunión entre la PNB y la Federación Venezolana de Fútbol, se acordó reforzar el apoyo de los organismos de seguridad en las rutas de los clubes profesionales, así como de todas las selecciones Vinotinto, a fin de evitar tales acontecimientos.
“Las condiciones en las que se encuentran las vías, como la falta de iluminación, también generan que los infractores vean las carreteras como un lugar idóneo para delinquir. No hay medidas de seguridad. Las alcabalas están siendo poco efectivas, ahora sirven para ‘matraquear’ a los conductores o hacerse la vista gorda. Eso evidencia la complicidad entre los cuerpos de seguridad del Estado y las organizaciones criminales”, indicó Meléndez. 
Un hecho similar al del Angostura se produjo el 20 de septiembre de 2016. La desdicha que significó dejarse remontar (2-1) en el último suspiro ante Monagas Sport Club, en el Monumental de Maturín, era incomparable con la pesadilla que vivió Trujillanos Fútbol Club aquella madrugada.
Funcionarios de la GNB ordenaron estacionar la unidad para requisarla en un punto de la vía de Oriente, entre Clarines y Boca de Uchire. Luego de observar que todo marchaba con normalidad, uno de los uniformados pidió que los pasajeros le regalaran unas canilleras o tacos. Estos se negaron y decidieron seguir su camino.
Instantes más tarde, aproximadamente a las 2:30 am, el expreso de dos pisos volvió a ser detenido. Esta vez no eran guardias, sino un puñado de delincuentes que llevaron a cabo un secuestro. Con cachazos, mandaron al chofer a desviar el autobús hacia un lugar recóndito.
Rifles, pistolas, cuchillos y hasta granadas estuvieron a la vista de los jugadores, quienes fueron obligados a mantener la cabeza apoyada en el asiento y las manos hacia arriba.Mientras cubrían su rostro con parte de la indumentaria del club, los antisociales hicieron un festín: robaron camisetas, balones, zapatos deportivos, cámaras, celulares, laptops y divisas.
La tortura duró alrededor de dos horas. Una vez puesto en libertad, el transporte volvió a emprender la marcha. La delegación intentó denunciar el secuestro en el módulo de El Guapetón, en el estado Miranda, pero los guardias alegaron que no podían tomar la denuncia porque el hecho se había producido en otra jurisdicción.
Los miembros de Trujillanos abandonaron el sitio cuando se percataron del arribo de un jeep y unos motorizados. El bus llegó a la estación de servicio de Maitana. Luego de una parada, cerca de las 8:30 pm del lunes, llegaron al estadio José Alberto Pérez de Valera, donde familiares, directivos y medios de comunicación los acogieron.
“Es por esto que los transportistas que han sido víctimas de extorsión o manipulación empiezan a considerar a los efectivos de seguridad como una amenaza y no como una protección”, acotó el coordinador del OVV en Lara.
En su retorno a Valencia, luego de jugar un partido de la Copa Venezuela en Yaracuy el 29 de agosto de 2018, el autobús que trasladaba al Carabobo Fútbol Club fue impactado por un objeto contundente, aparentemente para hacerlo frenar y robarlo. La plantilla viajó sin escoltas durante todo el trayecto, pese a que el gobierno prometió en 2016 que, ante los problemas en materia de seguridad, mandaría a custodiar las caravanas de los clubes.
Días previos, el autobús de Libertad Socialista Fútbol Club, actualmente en tercera división, fue tiroteado cuando regresaba a Caracas después de disputar un partido en el interior del país.
El 30 de agosto de 2009 cinco sujetos armados interceptaron el autobús en el que viajaban los jugadores de Yaracuyanos Fútbol Club a la altura del sector Las Trincheras, antes de llegar a El Palito, estado Carabobo. Los malhechores robaron dinero, teléfonos móviles y otras pertenencias de la plantilla. 
¿Alguna solución a este mal?
Javier Ignacio Mayorca piensa que, frente a la impunidad de crímenes que hay en el país, los ciudadanos optan por asumir los costos de su propia seguridad y toman la justicia por sus propias manos. Estima que estos deberían insistir en campañas para pedirle al Estado que cumpla con una de sus funciones primordiales: el derecho a la seguridad social.
“En estas condiciones es muy complicado exigirle a los cuerpos de seguridad. Los policías no se dan abasto. Con esos sueldos tan miserables que ganan, es difícil crearles un estímulo para que estén dispuestos a arriesgar sus vidas, trabajar sobretiempo y pasar Carnaval, Semana Santa, Navidad o Fin de Año alejados de sus familiares”, aseguró.
Sostiene que esta situación genera “mucha preocupación” porque la seguridad en Venezuela está en manos de “unos seres subpagados” que básicamente trabajan por amor a la vocación y pueden verse tentados a incorporarse hacia algún tipo de actividad ilegal.
“No existen soluciones fáciles ni prontas. Lo mejor que uno puede hacer es recomendarle a la gente que se mantenga informada a través de medios con reputación y que informen con veracidad. Sobre la base de esa información, que cada quien asuma sus medidas de prevención”, explicó Mayorca. 
Carlos Meléndez propone reinstitucionalizar el sistema judicial del país, invertir en seguridad vial y destruir la base o el origen de los grupos delictivos. Sugiere la creación de políticas que traten de reducir el consumo de drogas y el excesivo ocio de los jóvenes, quienes deciden dejar de estudiar ante el empobrecimiento de las instituciones educativas.
“Hay que construir un discurso de entendimiento y reconciliación, no de guerra y odio. En el OVV estamos seguros de que que si se aplican políticas efectivas e inteligentes veremos la disminución del delito en el país, como lo logró la ciudad de Medellín (Colombia) a finales de la década de 1990. Aspiramos a que la sociedad venezolana vuelva a resolver sus conflictos con medidas ejecutivas y no con la muerte”, precisó.
Si no se toman las medidas correspondientes y no se cumple la ley, el hampa volverá a quitarle la vida y desgraciarle los sueños a otro inocente, así como lo hizo con Brayhan Navarro, José Castillo, Luis Valbuena, Gerardo Mendoza y Douglas Chiquito.

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