Proyecto Dudamel rumbo a Catar 2022: ¿realidad o ficción?
Ricardo David Páez, quien jugó para la Vinotinto desde 2001 hasta 2010, dijo a El Diario de Caracas que el actual seleccionador necesita consolidar una idea menos conservadora, que explote la capacidad y el potencial de los futbolistas, a fin de que se consigan resultados positivos en las próximas Eliminatorias
Manuel Alejandro Ramírez | @manuramirez95
La Copa América 2019 ya es historia. Mientras Brasil se tituló campeón continental, en Venezuela todavía se mantiene la sensación de inconformidad por aquella eliminación en cuartos de final contra Argentina. Ahora los fanáticos se preguntan cuál será el rumbo de la selección para el próximo período de competición.
En otra época, era inverosímil pensar que la Vinotinto tenía credenciales para trascender en el torneo más antiguo de América. Contaba con buenos intérpretes, pero faltaba solidificar la estructura. Hoy tiene la posiblemente mejor camada de jugadores en su historia y un proyecto que sueña con grandes conquistas.
Dejar en el camino a la Albiceleste de Lionel Messi, en cuartos de final de la copa, no era descabellado. Había mucha ilusión, sobre todo por los últimos enfrentamientos entre ambos conjuntos (dos empates en Eliminatorias para Rusia 2018 y un contundente 3-1 en el Wanda Metropolitano de Madrid por la primera Fecha FIFA de 2019).
Como tal hazaña no se pudo concretar (derrota por 2-0), prevalecen las dudas sobre el modelo de juego que impone Rafael Dudamel. Antes de iniciar la Copa América, el mismo seleccionador alegó que la participación de Venezuela iba a servir como fogueo para las próximas Eliminatorias hacia Catar 2022: “La Copa América es de preparación, tanto en el triunfo como en la derrota. Tengo mucha ilusión y expectativas, pero hay que ser cautos con lo que pueda pasar”.
Ricardo David Páez, quien jugó en la Vinotinto desde 2001 hasta 2010 y actualmente dirige la categoría sub-17 del Orlando City, es fiel creyente del buen fútbol. Por esta razón, es consciente del talento y los elementos que tiene Dudamel. Considera que la selección necesita una idea menos conservadora, que explote la capacidad y el potencial de los jugadores, de manera que se puedan obtener registros positivos para las Eliminatorias de Catar.
“Bajo mi concepto, el funcionamiento debe tener una idea más clara para las Eliminatorias. Creo que esta forma de jugar no explota la capacidad y el potencial de los futbolistas actuales. Se debería proponer un poco más; pero si ellos (jugadores y cuerpo técnico) están convencidos de jugar de esa forma, no se deberían cambiar los conceptos. Uno opina desde afuera y ellos saben cuál es el mejor estilo para afrontar las Eliminatorias. No hay excusas para no pelear ese cupo para el Mundial. Esto no solo depende de los jugadores, también del cuerpo técnico. La exigencia es mayor”, declaró el ex futbolista en exclusiva a El Diario de Caracas.
Antes del ciclo de Dudamel, la Vinotinto era dirigida por Noel Sanvicente, el favorito de la afición por el importante paso que tuvo el Caracas FC y Zamora FC en el balompié venezolano (siete campeonatos nacionales). No obstante, los números no fueron los esperados: eliminación en fase de grupos de la Copa América 2015 y un punto de 18 posibles en el último clasificatorio al Mundial. Además, gran parte de la plantilla fijó posición en su contra.
El conjunto criollo recuperó la competitividad con el arribo del actual director técnico y mejoró en los resultados: llegó invicta a la segunda ronda de la Copa América Centenario 2016 y sumó 11 contables de 36 en las pasadas Eliminatorias, aunque eso no fue suficiente para escapar del frío y oscuro sótano de la clasificación.
Con Dudamel en el banquillo, Venezuela también clasificó por primera vez a un mundial de categoría sub-17 (2013) y con esa misma generación de futbolistas fue subcampeona en el Mundial sub-20 que se celebró hace dos años en Corea del Sur. Con todos estos hechos, se creó una expectativa favorable dentro de su plan. No hay un entrenador que haya logrado algo similar con las categorías inferiores del combinado.
“Los ciclos se juzgan cuando terminan. No soy el mejor para juzgar el ciclo de Rafael (Dudamel) dentro de la selección mayor. Creo que todavía hay mucho por conseguir. Ha hecho una labor impresionante con los juveniles, porque ha sido protagonista en los sudamericanos y ha clasificado a mundiales. Ser subcampeón del mundo le da un aval muy grande. Ha hecho lo debido. Se ha ganado su posición a pulso. Fue uno de los mejores arqueros que hemos tenido y tiene la jerarquía para ser el técnico de la selección. Mientras los resultados lo apoyen, nos vamos a sentir orgullosos”, analizó Páez.
El reto que se avecina es difícil, mas no imposible. Capacitar, desarrollar y consolidar a los futbolistas venezolanos es el objetivo que tiene en mente el seleccionador para construir un camino con dirección hacia la próxima Copa del Mundo.
“Para clasificar al Mundial, tenemos que hacer cosas distintas y salir de la zona de confort. Es un sacrificio de todos”, dijo Dudamel hace unos meses en la presentación de su proyecto “Catar 2022, objetivo de todos”.
Inconvenientes fuera de la cancha
La “Era Dudamel” también ha estado envuelta por la polémica, principalmente en este último lapso. El técnico llegó a colocar su cargo a la orden cuando —según sus palabras— se politizó la visita de Antonio Ecarri Bolívar —representante especial para España del presidente interino de Venezuela, Juan Guaidó— a los vestidores, antes de disputarse el compromiso amistoso entre Venezuela y Argentina en el estadio Wanda Metropolitano de Madrid.
El entrenador explicó en la zona mixta del estadio que el embajador de Guaidó saludó a los futbolistas bajo la condición de que no se divulgarían fotos o videos del encuentro, acuerdo que no fue cumplido: “Hubo un irrespeto y una politización de parte del representante de Guaidó en España, quien se acercó a visitarnos. Nosotros amablemente le atendimos, respetuosamente le tratamos, con el acuerdo de que si había una foto o video era para consumo interno porque estaba saludando a los futbolistas. Eso lo politizaron y no lo podemos permitir. Fue denigrante y lamentable la manera en la cual han actuado”.
Las palabras del ex portero generaron suspicacia en las redes sociales, puesto que Pedro Infante, ministro de Nicolás Maduro y presidente del Instituto Nacional de Deportes, es uno de los vicepresidentes de la Federación Venezolana de Fútbol (FVF). Este hecho es ilegal, en vista de que los estatutos de la FIFA tienen prohibido que la política intervenga en asuntos federativos.
Además, la FVF ratificó por cuatro años a la empresa Givova como la encargada de proveer los uniformes de la selección nacional. Eso sin olvidar que la Vinotinto jugó un amistoso ante Cataluña, en Girona, con camisetas improvisadas, ya que las oficiales nunca llegaron.
“Givova, le exigimos máximo respeto a nuestra camiseta nacional y a cada integrante del equipo”, escribió el capitán Tomás Rincón en las redes sociales. Del mismo modo, el delantero Salomón Rondón compartió una imagen en la que expresó que la marca italiana “no está a la altura” para vestir al combinado nacional.
Otro aspecto que causa preocupación es que la Vinotinto no juega en territorio nacional desde octubre de 2017, cuando se vio las caras con Uruguay en San Cristóbal, estado Táchira, por las Eliminatorias. Solo se conoce que, por detalles logísticos, Mérida y San Cristóbal quedaron descartadas como sedes para albergar los cotejos del premundial.
Laureano González, presidente de la FVF, afirmó que la situación económica de la institución impide que se organicen amistosos dentro del país (el último fue febrero de 2016, con Sanvicente en el banquillo). “Está muy difícil volver a tener amistosos en Venezuela. Necesitamos medio millón de dólares para traer una ‘seleccioncita’ y acá no hay taquilla para recuperar eso”, dijo el directivo a los micrófonos de Conexión Goleadora en diciembre de 2018.
Previo a la Copa América, se tenía previsto un partido no oficial con Trinidad y Tobago en el estadio Olímpico de la UCV. Sin embargo, este se canceló porque —según el combinado caribeño— en Venezuela no había condiciones para jugar, debido a la crisis que padece el país.