Triplete realmente histórico y merengue
La “Casa
Blanca” sacó ventaja de la lesión de Mohamed Salah y de los errores de Loris
Karius para superar al Liverpool en el Olímpico de Kiev
MANUEL
ALEJANDRO RAMÍREZ | @manuramirez95
Con 13 Copas de Europa son los reyes del viejo
continente. Ningún equipo había ganado cuatro de las últimas cinco
ediciones de la Champions League. Tampoco se recuerda uno que se haya
consagrado en tres finales consecutivas. Solo Real Madrid puede presumir
de tal hazaña.
Al final, los pronósticos se cumplieron. Y es que el conjunto
dirigido por Zinedine Zidane apeló a su mística y grandeza en el Olímpico de
Kiev para imponerse este sábado por 3-1 ante el Liverpool y agrandar su leyenda
en el deporte rey.
El compromiso arrancó muy entretenido y disputado desde el primer
minuto. El Liverpool tomó la iniciativa con una presión alta y asfixiante, con
ataques rápidos, orquestados por su tridente de lujo: Mohamed Salah, Sadio Mané
y Roberto Firmino.
El Madrid lucía confundido y poco preciso, mientras que el
conjunto inglés causaba peligro ante cualquier despiste. Llegó un momento en
que los muchachos de Zidane tuvieron que lateralizar y rifar la pelota para
recuperar terreno y contrarrestar la avalancha roja.
La superioridad que imponían los dirigidos por Jurgen Klopp era
notoria. La cantidad de remates generados eran impresionantes, pero los rebotes
y las intervenciones de Keylor Navas evitaron que el marcador se moviera.
Llorando y desconsolado, Salah encendió las alarmas a los 31
minutos, cuando abandonó el terreno de juego por una lesión. Tras una
disputa con Sergio Ramos, el egipcio cayó bruscamente sobre su hombro. El
golpe psicológico y táctico fue notorio para el Liverpool.
Los de blanco aprovecharon el momento para adelantar sus líneas y
tomar protagonismo. No obstante, las lágrimas volvieron a derramarse sobre el
rectángulo verde; en esta ocasión, fue de parte de Daniel Carvajal, quien
también por lesión fue sustituido.
Después de un rebote originado por Cristiano Ronaldo, Karim
Benzema agitó las redes. Por fortuna, el tanto fue invalidado por fuera de
lugar. Lo mejor que le pudo pasar al Liverpool fue que el juez Milorad Mazic
determinara el fin de la primera mitad.
Segunda parte vibrante
El inicio del segundo tiempo fue muy parecido al final del
primero: los ataques del vigente campeón europeo no cesaban. De manera
milagrosa, el larguero custodiado por Loris Karius ahogó el grito sagrado de
Isco. Sin embargo, por el ímpetu de jugar rápido desde el fondo, Karius le
regaló el balón a Benzemá y el francés inauguró la pizarra al
50'.
La alegría merengue tan solo duró cuatro minutos. Luego de un
saque de esquina, Mané puso el empate. De igual forma, la jerarquía y la
mística que impuso el Real Madrid eran incuestionables. Gareth Bale, quien entró
de cambio por Isco, firmó el 2-1 a los 64’ con un remate antológico: de
chilena.
Los ingleses carecían de argumentos para volver a meterse en el
partido, aunque en ningún momento bajaron los brazos. Un poste de Mané pudo
representar una nueva igualdad, pero Bale amplió la ventaja definitiva a seis
minutos del final, tras otro error de Karius al momento de repeler el disparo.
La transmisión televisiva mostraba por un lado los rostros
cabizbajos y afligidos tanto de los jugadores como de la afición del Liverpool,
mientras que en el otro lado de la cancha se apreciaba al ahora 13 veces
campeón de Europa, coronándose con su tercera Orejona consecutiva.