Empate clásico y polémico
Los
merengues gobernaron en el Camp Nou durante gran parte del encuentro,
pero no pudieron trasladar su dominio en el marcador
MANUEL ALEJANDRO RAMÍREZ | @manuramirez95
Empate
loco, áspero y polémico. De esta forma se podría calificar el
duelo que protagonizaron Barcelona y Real Madrid este domingo
por el clásico español. Los dirigidos por Zinedine Zidane
mandaron durante gran parte del encuentro, pero no pudieron
trasladar su dominio en el marcador.
Los
locales sobrevivieron ante la inferioridad numérica y terminaron
igualados por 2-2 frente a su acérrimo rival en el Camp Nou .
Para algunos se trataba de un clásico intrascendental por el
hecho de que el título liguero estaba definido. No obstante, se notó
que ambos se jugaban algo más que los tres puntos: el honor.
Los
primeros minutos del cotejo fueron muy entretenidos y
disputados. Cuando parecía no haber un dominador claro, los de
casa se pusieron en ventaja a los 10 minutos. Sergi Roberto, en una
corrida, centró el balón por derecha y Luis Suárez, sin marca,
definió de media tijera.
En
el mejor momento del Barcelona, el Real Madrid empató cinco minutos
más tarde. En una diagonal por izquierda, Cristiano Ronaldo le dejó
el balón a Toni Kroos de taco, el alemán centró hacia la cabeza de
Karim Benzema y el francés asistió al portugués,
que terminó lastimado al momento de definir.
Con
el correr de los minutos, los visitantes tomaron confianza y
amenazaron a los blaugranas con una presión alta, recuperaciones
rápidas y ataques directos. Modric y Kroos eran los encargados de
dirigir la orquesta de la "Casa Blanca", en compañía
de las explosivas escapadas de Marcelo por izquierda.
Era
clara la confusión y el desorden táctico del Barcelona, que la
estaba pasando mal porque no lograba conectar sus circuitos de pase.
Acabar la primera mitad con el 1-1 era un gran negocio; sin
embargo, el descontrol era tal que Messi y Suárez terminaron
amonestados y Sergi Roberto fue expulsado.
Antes de que el Barcelona quedara con 10 jugadores, la transmisión televisiva mostró claramente a Gareth Bale clavando sus tacos en la pantorrilla de Samuel Umtiti, sin intenciones de ir hacia el balón; pero el principal Hernández Hernández hizo caso omiso al castigo.
El
segundo tiempo arrancó con Marco Asensio y Nélson Semedo en el
campo, en lugar de Cristiano Ronaldo -lesionado- y Philippe
Coutinho, respectivamente. Pese a la inferioridad numérica, los de
Ernesto Valverde apostaron por estirar sus líneas y presionar de
manera escalonada.
La
fórmula tuvo un efecto inmediato. Suárez derribó -con falta-
a Raphael Varane, se combinó con Messi y el argentino agitó las
redes con un zurdazo ajustado hacia poste al 52’. Paulinho
ingresó por Andrés Iniesta, quien disputó su último clásico y
salió del terreno de juego ovacionado. El equipo blanco
estaba trastocado por el tanto recibido
Era
el mejor momento del Barcelona. Messi tuvo la oportunidad de ampliar
la diferencia, aunque Keylor Navas frustró el mano a mano con
una fantástica intervención. Cuando el Madrid generaba poco
juego, Gareth Bale se quitó la timidez y puso el empate con un
disparo colocado, inatrapable para Marc-André ter Stegen, al 72’.
El
partido estaba para cualquiera. La tensión y emoción eran
evidentes. El nuevo campeón se conformaba con el empate,
mientras que el Madrid no paraba de insistir, hasta que el
árbitro Hernández Hernández cerró el telón de una obra
excéntrica.
De
esta forma, el combinado culé llegó a 87 unidades en la tabla
y dio un paso importante para culminar el torneo invicto. Solo le
restan dos compromisos para conseguir la hazaña. El último equipo
español que lo logró fue el mismo Real Madrid, en la temporada
1931-1932.